Cuando las mujeres nos convertimos en madres nos llenamos de inseguridades y temores, algunos de los cuales nunca habíamos experimentado.
Es como caminar sobre hielo a punto de quebrarse. De un día para otro pasamos a ser completamente responsables por la sobrevivencia de otro ser humano: un ser pequeñito y delicado que representa para nosotras un verdadero enigma.
Cada uno de los detalles de su comportamiento son como alarmas que muchas veces no sabemos cómo interpretar. Que le salieron unos puntitos en la cara; que no para de llorar; que no quiere tomar teta; que se mueve bruscamente; que no para de quejarse; que hace ruidos extraños; que la caca le salió verde;...etc. Todo pequeño detalle se vuelve un enorme huracán que nos hace sentir a la deriva.
Todas estas inseguridades se vuelven aún mayores si no contamos con una red de apoyo que nos ayude a sobrellevar parte de la responsabilidad y nos contenga.
El gran problema es que estas nuevas emociones y miedos muchas veces nos privan de disfrutar la maternidad, sobre todo cuando somos madres primerizas, y las expresiones de estrés, aunque no lo creamos, son visibles y perceptibles por nuestros bebés.
Confía en la naturaleza
Quizás pueda sonar
trillado, pero el solo hecho de que las madres tengamos la capacidad
de alimentar a nuestros bebés nos demuestra lo perfecta que es la
naturaleza. Y el ser humano, aunque nos cueste entenderlo, también
ES naturaleza. No somos ajenos a esa perfección. Sin embargo, por
nuestra costumbre de racionalizar y complejizar hasta las cosas más
simples, dudamos de nosotros mismos y olvidamos quienes somos y de
dónde provenimos.
La madre está
biológicamente preparada para entregarle a su hijo el alimento que
necesita. Los casos en que una mujer no puede producir leche o genere menos de lo requerido son
aislados, excepcionales. En qué momento comenzamos a tener esta
extraña creencia de que las madres que podían amamantar a sus crías
“tenían suerte”.
Probablemente esta
idea se fue construyendo socialmente por diversas razones. Una, sin
duda, tuvo que ver con los intereses comerciales de las grandes
marcas de leche de fórmula que aparecieron en el mercado.
Y también con esta
manía humana muy vinculada al capitalismo de separarnos de nuestros
orígenes, de nuestra naturaleza. Nosotros mismos, con pequeñas
decisiones, nos vamos apartando de lo que somos originalmente.
Volvamos a ser.
Confiemos en la naturaleza y su sabiduría que está en lo más
esencial del ser humano. Cuando volvemos a conectar con lo que somos,
por debajo de todos esos miedos e inseguridades adquiridos, no solo
recuperamos la confianza en nuestra capacidad de alimentar sino que
también nos abrimos a vivir la maternidad desde el disfrute. La
responsabilidad de cuidar de otro ser humano deja de ser una carga
para convertirse en la simple expresión de nuestro estado natural y
de nuestra única y gran función: dar amor.
Pide ayuda e infórmate
Todas sabemos que
veces es difícil confiar cuando existen tantas presiones internas y
del entorno. Lamentablemente, en todos los círculos hay personas
desactualizadas en temas de lactancia que nos hacen dudar de nosotras
mismas.
Así también,
algunas de las reacciones de nuestros bebés pueden confundirnos y y
hacernos creer que el bebé se queda con hambre cuando probablemente
solo sea una crisis o brote de crecimiento, etapas del desarrollo de
los bebes y niños que son completamente normales y que existen
justamente para que las madres podamos producir la leche que ellos
necesitan.
Te invito a leer más sobre este tema aquí: ¿Tu bebé se queja y retuerce al ponerlo al pecho? ¿Quiere estar pegado todo el día?
Además, aunque sea
un proceso natural, años de desconexión también generan
incertidumbres y desconocimiento. Muchas sufrimos el primer mes de
lactancia ya que debido a un mal acople los pechos se agrietan y
duelen fuertemente.
No por nada, este
2020 la OMS llamó a los centros de salud a asesorar y enseñar a las
madres sobre las posturas correctas y ofrecer todo el apoyo que sea
necesario para conseguir una lactancia exitosa.
“Los
servicios de asesoramiento cualificado pueden velar por que las
madres y las familias reciban ese apoyo, además de la información,
los consejos y la confianza que necesitan para alimentar a sus bebés
de forma óptima. El asesoramiento sobre lactancia materna puede
ayudar a las madres a sentirse más seguras, sin dejar de respetar
sus circunstancias y decisiones personales. Puede empoderar a las
mujeres para superar dificultades y evitar prácticas alimentarias y
de atención que puedan perturbar un amamantamiento óptimo, como
ofrecer a los lactantes y los niños pequeños líquidos, alimentos y
sucedáneos de la leche materna innecesarios”. Organización
Mundial de la Salud.
Por supuesto, si tu opción fue no amamantar, darle leche materna por un tiempo reducido o llevar una lactancia mixta, es todo tu derecho. Pero la invitación es a que decidas informadamente y siendo consciente de tus capacidades.
El estar al tanto, leer, informarse y apoyarse en redes de madres y asesoras de lactancia es una gran ayuda para recuperar la seguridad en nosotras mismas. Todos los últimos estudios y publicaciones, así como los médicos actualizados te van a sugerir lo mismo: confía en ti.
Si tienes dudas personales con respecto a tu lactancia, puedes agendar una asesoría de lactancia online en el siguiente link: https://www.mamurri.cl/aesoria...
Te dejo algunas páginas de Facebook que te pueden ayudar en este camino:
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Escrito por: Natalia Escandón Cox
Fundadora Mamurri SpA
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